Pasado un buen rato me dijeron: - Profe podemos reunirnos un momento en el otro salón con el profe Gilberto-.
A lo que yo dije: - ¿Claro! !A caso estamos bravos!
Fue una gran sorpresa con torta incluida y adornos en el techo, y puedo decirles que me sentí muy alegre, pues nunca alguien sin interés me había realizado una fiesta para decirme que soy importante y que me llevan en el corazón.
Autor: Angelo
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